Que se vea la portada de Público. No cambian. Hasta el Financial Times lo dice: Rajoy no se quita la sombra de Aznar.
Tras los mismos siguen los mismos. Rajoy, Acebes y Zaplana, la troika dirigente, de ser parte del anterior Gobierno conservador, de llevar a la derecha a la derrota, siguieron. Y siguen bajo la sombra de Aznar. Desde 1989 la derecha no ha cambiado: Aznar ha manejado todo, directo o en la sombra. La designación digital de Rajoy no cambió las cosas. Quizás sólo que, siempre bajo Aznar, se mueve el sillón de Rajoy entre Aguirre, Gallardón y quién sabe quién más. Rajoy no manda nada.
La derecha sigue igual: el mismo odio, el mismo rencor y el mismo miedo. El odio al distinto, el rencor a la izquierda y el miedo a la libertad.
No les podemos pedir mucho, no les podemos pedir que elijan libremente a sus dirigentes. El Partido Socialista eligió y elige libremente a sus jefes, eso sí, no tan bien como gustaría a muchos: Suresnes 1974, primarias 1998, 35 Congreso del 2000… El partido conservador no está habituado a las decisiones libres ni a la libre voluntad. Pero allá ellos, que sigan dotando a su partido de una estructura digital antidemocrática (y anticonstitucional, por añadidura). En cierto modo, mejor: el Partido Socialista es el partido mayoritario y el más democrático de España, el reflejo de España. Su pluralidad es su unidad.
Tras los mismos siguen los mismos. Rajoy, Acebes y Zaplana, la troika dirigente, de ser parte del anterior Gobierno conservador, de llevar a la derecha a la derrota, siguieron. Y siguen bajo la sombra de Aznar. Desde 1989 la derecha no ha cambiado: Aznar ha manejado todo, directo o en la sombra. La designación digital de Rajoy no cambió las cosas. Quizás sólo que, siempre bajo Aznar, se mueve el sillón de Rajoy entre Aguirre, Gallardón y quién sabe quién más. Rajoy no manda nada.
La derecha sigue igual: el mismo odio, el mismo rencor y el mismo miedo. El odio al distinto, el rencor a la izquierda y el miedo a la libertad.
No les podemos pedir mucho, no les podemos pedir que elijan libremente a sus dirigentes. El Partido Socialista eligió y elige libremente a sus jefes, eso sí, no tan bien como gustaría a muchos: Suresnes 1974, primarias 1998, 35 Congreso del 2000… El partido conservador no está habituado a las decisiones libres ni a la libre voluntad. Pero allá ellos, que sigan dotando a su partido de una estructura digital antidemocrática (y anticonstitucional, por añadidura). En cierto modo, mejor: el Partido Socialista es el partido mayoritario y el más democrático de España, el reflejo de España. Su pluralidad es su unidad.
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