Viva Veronica, grita media Italia. Y es que la mujer de Berlusconi, que en más de una ocasión le ha llamado la atención por sus “berlusconadas”, ha entrado en la polémica de la entrada de seis modelos y actrices en las listas electorales europeas del Pueblo de la Libertad. Sin mencionar su nombre, califica la decisión de “basura impúdica en nombre del poder” y de “para diversión del emperador”. La entrada de las modelos y actrices, muchas de las televisiones de Berlusconi, es para su propia esposa una ofensa a las mujeres. Al final, sólo entrarán tres de estas modelos en las listas electorales, y rápidamente Berlusconi ha salido a la palestra para acusar a la izquierda y sus “medios” de manipular a su mujer. No ha perdido la ocasión para dar su visión de la clase política italiana: “Queremos renovar la clase política con personas cultas, preparadas, que garanticen su presencia en todas las votaciones y que no sean personas malolientes y malvestidas como otros personajes, candidatos de ciertos partidos, que circulan por el Parlamento”. Berlusconi es único para insultar a unos y a otros en una sola frase, tanto para indicar el papel que van a ejercer sus candidatas como para atacar a la oposición.
Lo que huele mal en Italia quizás sea el Parlamento. Pero huele mal porque existe la mafia, porque existe la corrupción, y porque todo ello –políticos, mafia y corrupción– es un trío inseparable, un cáncer al corazón del país, que lo adormece y lo mantiene bajo el control de unos pocos, sin pensamiento, sin crítica y sin alternativa.
Viva Veronica, gritan hoy. Viva Debora Serracchiani, tendrán que gritar mañana.
2 comentarios:
el problema es que la gente les vota y encima a eso le sumamos una oposición progre de pacotilla, pues tienen lo que tienen. Que no nos extrañe. Como en Madrid
Ciertas "izquierdas" sociológicas de este país parecen haber sucumbido al pesimismo nihilista. Su argumento principal para no "actuar", no moverse decidida y radicalmente contra la crisis y el capitalismo global que la sustenta, viene a decir: "...mientras no termine esto en un nuevo fascismo"... Con tal previsión cierran todo debate en torno al conflicto social y a la movilización necesaria, justifican las medidas socialdemócratas dominantes como males menores, y sobre todo les sirve como atenuante de su pertenencia a una clase media acomodada, conformista, mediocre y anodina que espera que su voto electoral les ayude a salir del atolladero en el que "los grandes" de este mundo nos han metido.
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