Silvio Berlusconi y su coalición conservadora prosiguen el desmantelamiento del sentido común en Italia. Atrapado entre dos fuegos, la Iglesia Católica y su sentido exclusivista y agónico de la vida, y la Liga Norte y sus ansias paramilitares en la “Padania” y de caza al inmigrante ilegal.
Mientras que la Corte de Apelación de Milán y el Tribunal Supremo de Italia han autorizado a suspender la alimentación de Eluana Englaro, en coma vegetativo desde 1992, el Gobierno italiano lucha a contrarreloj a golpe de decreto para impedirlo. No es impedir sólo un fallo judicial, es impedir la voluntad de la familia y de la propia Eluana, que lo manifestó en vida. Vida digna.
Eluana Englaro
“Cuando Eluana no esté con nosotros, volveré a una dimensión humana. He vivido en una dimensión inhumana. Mi hija ha sido violada, continuamente invadida en su cuerpo, objeto de una violencia que ella habría definido como inaudita, inconcebible e inaceptable”, manifiesta Beppino Englaro, padre de Eluana.
Para evitar esta burla a Eluana y a la familia, el Presidente de la República, Giorgio Napolitano, ha pedido al Parlamento serenidad para legislar en estos asuntos, e implícitamente señala sus competencias para vetar los decretos que quiera sacar el Gobierno del esperpento italiano.
Berlusconi, antes de perder por enésima vez el sentido común, era partidario respetar la decisión de la familia de Eluana. Hasta que los integristas católicos de su Gobierno, como la secretaria de Estado de Sanidad, Eugenia Roccella, se plegaron a los dictados del Vaticano. Con esa actitud, Italia perdería, sin defensa, sin lucha y sin lágrimas, su soberanía como nación independiente frente a la Iglesia Católica. La coalición de Berlusconi se llama Popolo della libertà. Pues queda que ni es pueblo ni es libertad, acabando con la libertad de Eluana y de su familia de decidir su futuro, y con la del pueblo italiano mismo. Los tres poderes independientes han sido violados: un poder judicial ninguneado por el ejecutivo, un poder legislativo reducido a los políticos corruptos de siempre, y un poder ejecutivo sometido al poder fáctico de la Iglesia.
De momento, ante el bloqueo que se ha hecho en el poder, los médicos que cuidan de Eluana van a empezar a reducir sus alimentos, como parte de la suspensión del tratamiento artificial que la mantiene con vida, para ayudarla a morir.
Otro capítulo más es la inmigración, la excusa siempre recurrida para hacer olvidar la crisis económica de Italia y la ineptitud del Gobierno de Berlusconi. El Senado ha aprobado la enmienda de la Liga Norte para permitir a los médicos denunciar a los inmigrantes ilegales que recurran a la sanidad pública, penas de cárcel de cuatro años para los expulsados que permanezcan en Italia y el aumento de la tasa del permiso de residencia de 80 a 200 euros.
Con la actual crisis, no es muy seguro que siga habiendo un ciclo inmigratorio hacia países donde se destruye empleo y cae el crecimiento. A los problemas para ser un inmigrante “legal”, a los problemas para salvarse del control de las mafias se suman las trabas de un partido secesionista, xenófobo y homófobo. Eso cuesta tener una vida mejor. La Liga Norte odia, pero también adolece de una hipocresía o de un olvido manifiesto. ¿Cuántos italianos tuvieron que emigrar en los siglos XIX y XX? ¿Cuántos italianos viven en Estados Unidos o Argentina? Pasaron por un infierno, en Italia y en el extranjero, hasta conseguir una vida mejor y la integración. Eso no lo recuerdan.
Silvio Berlusconi, Primer ministro italiano en su trabajo,
corrupto en su quehacer diario, y payaso en sus ratos libres
Berlusconi dice “¿Las violaciones? Pueden ocurrir en cualquier caso... En Italia deberíamos tener tantos soldados como chicas guapas, creo que nunca lo conseguiremos”. Mientras ignora el problema de la violencia sexual, mientras no aumenta los efectivos policiales y las medidas destinadas a evitarlo, su “fiel aliada”, la Liga Norte, consigue legalizar las rondas paganas, grupos de ciudadanos para vigilar a los inmigrantes. Estos grupos ya existían y ya eran controlados por la organización militar extinta de la Liga, los Camisas Verdes, por lo que ya el ministro Maroni fue investigado en 1997 y preso por agredir a un policía.
Enzo Bortolotti, alcalde de Azzano Decimo,
liberticida ocasional
Enzo Bortolotti, alcalde de Azzano Decimo, quiere acabar con la libertad religiosa en su municipio, prohibiendo rezar a los musulmanes en público y la construcción de mezquitas. Claro, se prohíbe rezar “donde no haya autorización previa”. ¿Y se la van a dar? Además, anuncia que se está preparando una ley para obligarles a rezar ¡en italiano! ¿Pero qué nivel de educación y de conocimientos tiene este alcalde de la Liga racista? ¿No sabe que únicamente los musulmanes pueden rezar en árabe, la lengua del Corán y por tanto la lengua de Dios para los musulmanes? El Papa Ratzinger ha vuelto a permitir la misa al estilo previo al Concilio Vaticano II: de espaldas y en latín. ¿Obligarán a los sacerdotes que dan la misa en latín hacerlo en italiano?
En España se quejan muchos, por vicio, de que se incumple la libertad religiosa. Se ve claramente la mentira en la que incurren. ¿Se prohíbe la misa en alguna lengua no oficial o cooficial? ¿Se prohíben la construcción de templos de cualquier credo? Sin embargo, hay quienes sí quieren atentar contra esa libertad, como Plataforma per Catalunya. Que vean los ultras del catolicismo dónde sí hay libertad.
Roberto Maroni, ministro de Interior de Italia,
ex paramilitar liguista y actual encubridor de la crisis económica
Por otra parte, el Senado, pese a la mayoría berlusconiana, rechazó las pretensiones del Gobierno referentes a ampliar la retención de los sin papeles un máximo de 18 antes de su expulsión. Aprobó una enmienda del Partido Democrático para limitar la retención a 60 días. El Senado desautoriza así al Gobierno y en concreto a su ministro del Interior, el liguista Maroni, por la línea abusiva. La segunda norma rechazada es la que pretendía restringir el reagrupamiento familiar, permitiéndolo únicamente cuando el extranjero hubiese estado cinco años ininterrumpidos en Italia. La tercera enmienda rechazada es la de revocar el permiso de residencia a quienes cometan un delito contra los derechos de autor.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo. Pero aún diría más, subordinar las instituciones a los intereses propios y de amigos como con el caso Eluana, la "porcata" electoral de Maroni o la ley de seguridad que paraliza las causas penales pendientes contra Berlusconi de antes de 2002, al fin y al cabo no es más que una torticera y descarada práctica de lo peor de la política a plena luz del día. Por eso no me molesta tanto lo que "son" estas cosas (aunque también, claro) como lo que implican.
Si me considero socialdemócrata es por mi confianza en el poder de las instituciones del Estado para cambiar la sociedad, y este tipo de prácticas tienen como consecuencia destruir a largo plazo la esencia de dichas instituciones. Más allá de las aberraciones que sanciona puntualmente la legislación (su contenido), es formalmente el abuso del proceso legislativo lo que hipoteca la confianza en la misma democracia. Dicho de otro modo ¿Qué fue peor? ¿Los delitos de Targentópolis o el decreto Conso? En mi opinión, acaba siendo aún peor lo segundo porque desequilibra el mecanismo jurídico e institucional del Estado. Anula al mismo Estado y a su capacidad de reacción. Esto es lo que está haciendo Berlusconi y lo que Italia puede sufrir décadas después de Berlusconi.
En cuanto a la ley de inmigración o las disposiciones en contra de la libertad religiosa, creo que los estás racionalizando demasiado. A mí me parecen simples intentos cutres de sacar rédito político de la confrontación y la división social. Típico de la derecha.
No entiendo como los italianos aún tienen ánimos de salir a votar en un 80% y más.
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