Eluana Englaro sigue en coma pero, si nadie se lo impide, su voluntad será cumplida y pronto podrá descansar de 18 años sin vida ni muerte. Sin embargo, quien ahora ha entrado en coma es la República Italiana, junto a la libertad y a su independencia.
Porque el presidente del consiglio, Silvio Berlusconi, ha decidido dar un golpe tremendo contra la propia República. Ya que el Presidente de la República, el excomunista Giorgio Napolitano, se negaba a firmar el decreto que pretendía impedir la voluntad y libertad de Eluana de decidir por su vida, ha despachado el decreto de urgencia y además un proyecto de ley. Como la justicia ya se pronunció a favor de suspender la alimentación de Eluana, Berlusconi quiere burlar a la justicia y anular su sentencia. Además, sabiendo de la negativa de Napolitano, quiere que el proyecto de ley sobre la alimentación y nutrición artificial se apruebe en un máximo de tres días, y además “llamar al pueblo” a modificar la Constitución para cambiar las normas para promulgar los decretos. Incluso no ha dudado en faltar al respeto al padre de Eluana, que únicamente se queja de la situación que se ha originado y del secuestro de la libertad de su hija.
Berlusconi se ha acostumbrado mucho a que los poderes del Estado se plieguen a sus caprichos. Cuando no puede domarlos, como la justicia, aprueba leyes de inmunidad (de impunidad, más bien) para salvarlo de sus múltiples casos de corrupción que esperan juicio. Así, el poder legislativo se ha rendido ante el super-ejecutivo berlusconiano y, más aún, al supra-poder fáctico que es la Iglesia Católica, que es la que en asuntos sociales, educativos y morales la que domina Italia. Para el partido de Di Pietro, Italia dei Valori, el ejecutivo Berlusconi es un “Gobierno fascista”, y el Partito dei Comunisti Italiani lo resume así: “He aquí el golpe de Estado”. Y es cierto, Berlusconi ha herido de muerte al Estado de derecho con esta violación de los poderes públicos.
Al ejecutivo berlusconiano no le preocupa en absoluto que los inmigrantes mueran ahogados en su intento de llegar a Italia. A algún ministro liguista no le importaría abrir fuego contra las pateras. No les importa la vida. ¡Ah! Casi. Les importa mantener hasta el extremo una vida, sin considerar que el ser humano tiene derecho sobre su vida y sobre su cuerpo. Ahora las vidas de los italianos ya no pertenecen a ellos, sino al Estado y a la Iglesia. El resultado, inmigrantes y lucha contra la eutanasia, es el mismo: despojar al individuo de sus derechos innatos.
¿Qué será de Italia, si triunfan las pretensiones berlusconianas? No hará falta el asesinato de un Matteotti contemporáneo para dar vía libre a la dictadura. Los debates parlamentarios, las votaciones y las prerrogativas del Presidente de la República serán sustituidos por el gobierno de la nación a golpe de decreto, una resurrección del Estado liberal del siglo XIX, donde las garantías constitucionales eran una quimera, y una resurrección del totalitarismo mussoliniano. Eso sí, habrá mucha telebasura para distraer en los canales de Berlusconi, que son prácticamente todos.
“(…) sólo parece escapar al despotismo de una clase para reincidir bajo el despotismo de un individuo, y concretamente bajo la autoridad de un individuo sin autoridad (…)”.
Por lo tanto, el Gobierno italiano se está declarando subversivo, enfrentado a la Constitución, a la libertad de los italianos y la democracia misma. ¡Italianos, despertad y defended vuestras libertades, vuestra Constitución y vuestra República!
2 comentarios:
Ciertos políticos que suelen hacer a los países islámicos blanco de críticas de todo tipo deberían mirar a Italia antes de abrir la boca. En Italia hay una interferencia manifiesta de la religión en un asunto meramente sanitario, como el de Eluana. En Italia hay un escritor (Saviano) perseguido a muerte, como Salman Rushdie, que tiene que vivir en paradero secreto por haber denunciado las actuaciones
criminales de ciertos entramados empresariales de su país.
Dentro de la "civilizada" Europa empieza a haber focos de barbarie comparables a los de los ayatollahs.
Cuando me entero de lo que sucede en Italia y demás paises, me alegro más del presidente que tenemos
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