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Manuel Soriano, el polémico director general de Telemadrid, cuestionado por gran parte de sus trabajadores y por la oposición -PSOE e IU, que han denunciado manipulación informativa y sectarismo de la cadena autonómica-, se marcha. No irá muy lejos, porque el que fuera jefe de prensa de Esperanza Aguirre presidirá el Consejo de Administración del ente, según fuentes de este órgano de dirección de la televisión madrileña, en sustitución de Ramón González de Amezúa. "Es una persona de confianza de la presidenta y ella no quería quitarlo bajo ningún concepto", justificaron las mismas fuentes. El director general saliente, que renunciará oficialmente al cargo hoy en la reunión extraordinaria convocada por el consejo, ha alegado "razones de salud", según comunicó a los miembros de este órgano en una reunión de la comisión delegada. Diversas fuentes explican que Soriano está aquejado de una enfermedad del corazón.
"Al presidente del consejo le llamó a las tres de la tarde el vicepresidente regional [Ignacio González] para informarle de que Manuel Soriano había presentado la renuncia", relató el consejero portavoz de los socialistas, Mario Salvatierra.
Otros detalles, como el hecho de que Soriano mantuvo el día anterior una reunión de trabajo con altos cargos de la cadena en la que se decidió la programación futura, o que a los pocos minutos de hacerse pública la dimisión ya hubiera un nombre para su sustituto, hacen pensar que la dimisión ha sido una decisión propiciada desde la Puerta del Sol, donde está la sede del Gobierno de Esperanza Aguirre. "En todo caso, la forma en la que se ha desarrollado su marcha no era la que estaba prevista desde el Gobierno regional", afirman fuentes de la televisión. Este periódico trató ayer sin éxito de hablar con Soriano.
Ahora asumirá la dirección general del ente público Isabel Linares, amiga de Aguirre según algunas fuentes, y que hasta ahora trabajaba en Sanitas. Su nombre ya lo barajó la presidenta regional para ponerla al frente de la Consejería de Sanidad, aunque al final no lo hizo. Su nombramiento será decidido hoy en el Consejo de Administración, que después lo propondrá al Consejo de Gobierno. No parece tampoco casual que éste tenga previsto reunirse justo un día después de que el consejo tome su decisión.
En su primera entrevista, Linares afirmó que su intención es presentar "un plan de negocio" para Telemadrid. Unas primeras declaraciones que distintas fuentes del PP interpretaron como "meditadas" y no gratuitas, sobre todo porque las hizo a las pocas horas de conocerse la marcha de Soriano. "Está claro que ella ya sabía que iba a ser nombrada", agregan.
"La dimisión sólo tiene una justificación", afirmó el portavoz adjunto de los socialistas en la Asamblea de Madrid, Andrés Rojo. "Que es inminente el auto de procesamiento contra Soriano".
El ya ex director general de Telemadrid está imputado por el juzgado número 1 de Pozuelo (Madrid) por un delito de acoso sexual a una de sus secretarias, Noelia del Val.
Enriqueta Chicano, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, la asociación a la que acudió la secretaria en busca de ayuda, consideró difícil que la dimisión esté relacionada con este asunto. Sin embargo, recordó que el fiscal rechazó hace 10 días el recurso presentado por Soriano contra su procesamiento. Según Chicano, es poco probable que la juez del caso dicte ahora una decisión en contra de la opinión del fiscal.
Pero fuentes del Gobierno regional negaron ayer que la inminencia de un auto de procesamiento contra Soriano haya precipitado su marcha. "Ya estaba amortizado que se iba a sentar en el banquillo", recalcaron. De hecho, permanecerá en la misma casa, con un cargo meramente representativo, sin responsabilidades ejecutivas.
Soriano pasará a la historia por haber duplicado la deuda de Telemadrid: de 75,89 millones de euros en 2002 a 171,83 millones en 2006; y haber llevado a la cadena autonómica desde una cuota de pantalla de 17,1% en 2003, cuando sustituyó a Francisco Giménez-Alemán, al 11,5% registrado a finales de 2006.
Ha caído la cabeza de Telemadrid, paradigma de televisión pública pagada por todos al servicio de unos pocos, una pretensión de Big Brother orwelliano con su pensamiento único, su odio al adversario, su manipulación sin complejos. TeleAguirre, TeleEspe, o TeleFacha, son sus nuevos nombres.
No ha caído por sí mismo, sino por la alta instancia, la cabeza de esa maquinaria despiadada que es el PP madrileño (funcionamiento bien engrasado a la hora de compra de votos), Esperanza Aguirre. Y es que el señor Manuel Soriano no ha tenido un comportamiento ni personal ni profesional beneficioso para Telemadrid: el escándalo de acoso sexual a una secretaría (que mucho me temo su dimisión es debida para que se evite que la decisión judicial, sea cual sea, le golpee mientras permanece en su puesto. Por otra parte, como dice la noticia del periódico, la deuda se ha duplicado y la cuota de pantalla ha bajado. Es decir, tenemos una televisión pública con despilfarro, y con una baja audiencia debido a su falta de pluralismo e independencia.
Mal futuro tiene Telemadrid si permanece bajo el control de un gobierno que se dice liberal, pero cuyo aparato de comunicación es más propio de Goebbels, un totalitario, peor teniendo en cuenta que Esperanza Aguirre renegaba de comportamientos totalitarios del gobierno central. Comportamientos que nadie más ve. Es muy fácil ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
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