Los paros del transporte, las protestas educativas, la crisis económica… y las ocurrencias berlusconianas. Todo ello deriva en que, una vez más, Berlusconi pierde fuelle entre los italianos.
La popularidad de su gobierno cae cuatro puntos, del 54 al 50%, y los que manifiestan tener ninguna confianza en él son el 46%. Por su parte, también su partido, la unión de berlusconianos y posfascistas, el Pueblo de la Libertad, pierde confianza. El Partido Democrático de Veltroni sube en confianza lo mismo que PdL baja: 4 puntos.
Los datos sin embargo no son aún catastróficos para Berlusconi, aún mantiene una confianza alta, pero es sintomático que, en menos de un año de su tercer período de gobierno, de muestras de un desgaste tan evidente.
Por otra parte, y como en alguna reflexión he mostrado, la lógica de la “Segunda República” italiana muestra un profundo cambio político de una legislatura a otra. Yo leo que en 1994, 1996, 2001, 2005 y 2008, los años de elecciones, todos de cambios de mayorías, los italianos han quitado a su gobierno por el incumplimiento de su programa.
Esto refleja una madurez del pueblo italiano, aunque 1994, 2001 y 2008 haya vuelto Berlusconi. Pero cuando Berlusconi y su coalición de derechas incumplieron su programa, recurrieron a métodos en nada éticos para proteger a los corruptos, además de insultar a la mitad de los italianos (llamándolos coglioni, gilipollas), han caído: parte de sus electores, el electorado oscilante, no ha tenido problema en quitarle sus votos. Saben que lo que hay al otro lado no son comunistas que se comen a los niños. Lo mismo cabe para las coaliciones de izquierda: El Olivo, La Unión o el Partido Democrático. Cuando se vieron incapaces, por sus rencillas entre los partidos, entre los extremos comunista y democristiano, han sido apeados del poder. En este caso espero equivocarme al pensar si Berlusconi es algo parecido al diablo, o, al menos, a Bettino Craxi, y sus veleidades presidencialistas.
Como digo, el pueblo italiano es maduro y sabe cómo emplear su voto. No se puede decir lo mismo de los políticos italianos. Queridos lectores, ¿habéis pensado como es la política italiana? Porque a su lado podemos congratularnos de cómo es la española. La política italiana conserva políticos paleolíticos, unos sueldos exorbitados, el mayor ratio de edad de políticos de Europa, y, con ello, el saber que son los mismos políticos del pasado.
Son los políticos de tangentopolis (la ciudad de los sobornos), de la colaboración con la Mafia, del clientelismo, de la obstrucción a la labor de Antonio Di Pietro en Manos Limpias... Cuando en 1992-1994 se removió toda Italia sacando la corrupción imperante no acabó la clase política, acabaron sus partidos antiguos: adiós a la Democracia Cristiana, al Partido Socialista y al Partido Socialdemócrata.
¿Podemos llegar a pensar que el PSI, fundado por trabajadores que luchaban por la democracia y el socialismo en Italia acabaría en manos de Bettino Craxi, el mayor símbolo de la corrupción jamás imaginada? Tangentopolis refiere a Milán, ciudad del PSI por entonces, cuyos “logros” eran los sobornos, abusos de poder, extorsiones y desfalcos. Cuando en España se quiere acusar al PSOE de corrupto en los años noventa, ¡reíros! En el PSOE los corruptos eran los pocos, sin el control del partido… pero es que en Italia el PSI era la corrupción desde la raíz hasta la copa.
Giulio Andreotti, líder de la DC, fue incluso acusado de pertenecer a la Mafia. Casi todos los líderes de las corrientes de la DC y el PSI, y eran bastantes, fueron acusados. Más de mil personas fueron investigadas en 1993. Hoy, Andreotti sigue como senador vitalicio, las personalidades más destacadas han desaparecido, Craxi huyó a Túnez… pero los que estaban por debajo siguen. Y tienen aún los viejos vicios. Ya no sólo en el ámbito del antiguo pentapartito de socialistas, socialdemócratas, democristianos, republicanos y liberales. Ahora, sigue habiendo corrupción, pero ya ningún partido puede considerarse limpio. En esos momentos el PCI, y luego Demócratas de Izquierda, que no había accedido al gobierno desde 1947, era el partido más limpio. Hoy ya ni uno. Pero son más en la derecha, toda la verdad hay que decirla.
…Ese fue el caldo de cultivo sobre el que se alzó Berlusconi. Si decía antes de los viejos corruptos, tampoco es un “nuevo político”. Amigo de Craxi, dueño mediático de Mediaset, manipulador sin complejos de la RAI… entre sus logros de gobierno está el ser promotor de leyes que le garanticen la inmunidad frente a sus juicios pendientes, de una ley electoral llamada porcata (cerdada) por su propio ministro que la pergeñó y el llevar la atención a los inmigrantes como causantes de todos los males de Italia.
Pero los males de Italia son tres: sus políticos, la Mafia y Berlusconi.
La popularidad de su gobierno cae cuatro puntos, del 54 al 50%, y los que manifiestan tener ninguna confianza en él son el 46%. Por su parte, también su partido, la unión de berlusconianos y posfascistas, el Pueblo de la Libertad, pierde confianza. El Partido Democrático de Veltroni sube en confianza lo mismo que PdL baja: 4 puntos.
Los datos sin embargo no son aún catastróficos para Berlusconi, aún mantiene una confianza alta, pero es sintomático que, en menos de un año de su tercer período de gobierno, de muestras de un desgaste tan evidente.
Por otra parte, y como en alguna reflexión he mostrado, la lógica de la “Segunda República” italiana muestra un profundo cambio político de una legislatura a otra. Yo leo que en 1994, 1996, 2001, 2005 y 2008, los años de elecciones, todos de cambios de mayorías, los italianos han quitado a su gobierno por el incumplimiento de su programa.
Esto refleja una madurez del pueblo italiano, aunque 1994, 2001 y 2008 haya vuelto Berlusconi. Pero cuando Berlusconi y su coalición de derechas incumplieron su programa, recurrieron a métodos en nada éticos para proteger a los corruptos, además de insultar a la mitad de los italianos (llamándolos coglioni, gilipollas), han caído: parte de sus electores, el electorado oscilante, no ha tenido problema en quitarle sus votos. Saben que lo que hay al otro lado no son comunistas que se comen a los niños. Lo mismo cabe para las coaliciones de izquierda: El Olivo, La Unión o el Partido Democrático. Cuando se vieron incapaces, por sus rencillas entre los partidos, entre los extremos comunista y democristiano, han sido apeados del poder. En este caso espero equivocarme al pensar si Berlusconi es algo parecido al diablo, o, al menos, a Bettino Craxi, y sus veleidades presidencialistas.
Como digo, el pueblo italiano es maduro y sabe cómo emplear su voto. No se puede decir lo mismo de los políticos italianos. Queridos lectores, ¿habéis pensado como es la política italiana? Porque a su lado podemos congratularnos de cómo es la española. La política italiana conserva políticos paleolíticos, unos sueldos exorbitados, el mayor ratio de edad de políticos de Europa, y, con ello, el saber que son los mismos políticos del pasado.
Son los políticos de tangentopolis (la ciudad de los sobornos), de la colaboración con la Mafia, del clientelismo, de la obstrucción a la labor de Antonio Di Pietro en Manos Limpias... Cuando en 1992-1994 se removió toda Italia sacando la corrupción imperante no acabó la clase política, acabaron sus partidos antiguos: adiós a la Democracia Cristiana, al Partido Socialista y al Partido Socialdemócrata.
¿Podemos llegar a pensar que el PSI, fundado por trabajadores que luchaban por la democracia y el socialismo en Italia acabaría en manos de Bettino Craxi, el mayor símbolo de la corrupción jamás imaginada? Tangentopolis refiere a Milán, ciudad del PSI por entonces, cuyos “logros” eran los sobornos, abusos de poder, extorsiones y desfalcos. Cuando en España se quiere acusar al PSOE de corrupto en los años noventa, ¡reíros! En el PSOE los corruptos eran los pocos, sin el control del partido… pero es que en Italia el PSI era la corrupción desde la raíz hasta la copa.
Giulio Andreotti, líder de la DC, fue incluso acusado de pertenecer a la Mafia. Casi todos los líderes de las corrientes de la DC y el PSI, y eran bastantes, fueron acusados. Más de mil personas fueron investigadas en 1993. Hoy, Andreotti sigue como senador vitalicio, las personalidades más destacadas han desaparecido, Craxi huyó a Túnez… pero los que estaban por debajo siguen. Y tienen aún los viejos vicios. Ya no sólo en el ámbito del antiguo pentapartito de socialistas, socialdemócratas, democristianos, republicanos y liberales. Ahora, sigue habiendo corrupción, pero ya ningún partido puede considerarse limpio. En esos momentos el PCI, y luego Demócratas de Izquierda, que no había accedido al gobierno desde 1947, era el partido más limpio. Hoy ya ni uno. Pero son más en la derecha, toda la verdad hay que decirla.
…Ese fue el caldo de cultivo sobre el que se alzó Berlusconi. Si decía antes de los viejos corruptos, tampoco es un “nuevo político”. Amigo de Craxi, dueño mediático de Mediaset, manipulador sin complejos de la RAI… entre sus logros de gobierno está el ser promotor de leyes que le garanticen la inmunidad frente a sus juicios pendientes, de una ley electoral llamada porcata (cerdada) por su propio ministro que la pergeñó y el llevar la atención a los inmigrantes como causantes de todos los males de Italia.
Pero los males de Italia son tres: sus políticos, la Mafia y Berlusconi.
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