Dice Ortega y Gasset en su Rebelión de las Masas, en el Capítulo X "Primitivismo e historia":
No cabe duda de que es preciso superar el liberalismo del siglo XIX. Pero esto es justamente lo que no puede hacer quien, como el fascismo, se declara antiliberal. Porque eso –ser antiliberal o no liberal- es lo que hacía el hombre anterior al liberalismo. Y como ya una vez este triunfó de aquel, repetirá su victoria innumerables veces o se acabará todo –liberalismo y antiliberalismo- en una destrucción de Europa. Hay una cronología vital inexorable. El liberalismo es en ella posterior al antiliberalismo, o, lo que es lo mismo, es más vida que este, como el cañón es más arma que la lanza.
Al primer pronto, una actitud anti-algo parece posterior a este algo, puesto que significa una reacción contra él y supone su previa existencia. Pero la innovación que el anti representa se desvanece en vacío ademán negador y deja solo como contenido positivo una "antigualla". El que se declara anti-Pedro no hace, traduciendo su actitud a lenguaje positivo, más que declararse partidario de un mundo donde Pedro no exista. Pero esto es precisamente lo que acontecía al mundo cuando aún no había nacido Pedro. El antipedrista, en vez de colocarse después de Pedro, se coloca antes y retrotrae toda la película a la situación pasada, al cabo de la cual está inexorablemente la reaparición de Pedro. Les pasa, pues, a todos estos anti lo que, según la leyenda, a Confucio. El cual nació, naturalmente, después que su padre; pero, ¡diablo!, nació ya con ochenta años, mientras que su progenitor no tenía más que treinta. Todo anti no es más que un simple y hueco no.
Hallo muy acertado el mencionado pasaje de esta obra, cuya lectura que estoy realizando estos días está próxima a finalizarse. En la obra hay cosas que veo muy bien pensadas, una filosofía bien estructurada, y cosas que quizás no esté de acuerdo, pero de todo eso hablaré cuando termine de leer el libro. Este pasaje no hace sino darme la razón cuando lanzo la crítica a quien prefiera denominarse anti-algo. Antifascistas, anticapitalistas, anticomunistas, anticlericales, antinacionalistas, etcétera, la lista es inmensa.
Yo veo en el anti-algo la aceptación, digámoslo derrota, de lo que ya existe, aun estando en contra, pero sin dar una alternativa consecuente a ello. Como dice Ortega, es un simple y hueco no. El socialismo, por ejemplo, en sus inicios, y creo que mucha parte de él actualmente, no es antiliberal. No es antiliberal en tanto que propone la superación del liberalismo, reconociéndolo como un estadio positivo en la historia y el progreso humanos, para llegar a una situación superior, perfeccionada. El socialismo no es antiliberal, es socialismo. Y si aceptamos la idea de progreso, a este planteamiento le sucederá otro en el futuro, y así sucesivamente.
Por eso, cuando oigo o leo que fulano, mengano, y todo un grupo de individuos radicales y violentos se denominan antifascistas, o el partido tal o cual se enorgullece de ser anticapitalista, esto es un castillo de aire. No es satisfactorio oír que se es anti-algo. Muy bien, ¿pero qué se propone? Como Ortega piensa, tendríamos que volver a lo anterior, que sabemos que existió, porque no tenemos una alternativa elaborada y consecuente. Toda construcción que de momento han hecho no son más que utopías ingenuas, igual de ingenua que la gift economy a gran escala.
Si se preguntan estas gentes por qué sus posiciones son tan minoritarias, aunque en algunos sitios una minoría considerable, es porque esta conducta del anti-algo es un profundo desasosiego, una crítica al presente sin otorgar futuro alguno. La gente vive y come de la realidad del presente, no de construcciones oníricas, eso lo podemos dejar para el cultivo del espíritu. Pero el presente sigue, hay que seguir. Por eso son mayoritarias aquellas políticas o ideologías que sostienen el presente, con su gestión, sus programas y sus propuestas. Mejorando el presente, variando los puntos de vista hacia ese presente, y con ello se construye el futuro.
3 comentarios:
Hola Javi:
Curiosamente ayer me empecé la Rebelión de las masas XD. Con el prologo a los franceses.
Suscribo lo que dices, existe en la izquierda esa minoria que se autoproclama como el verdadero estandarte de la izquierda y que se basa precisamente en esas negaciones.
Salud Compañero!
Así me gusta, haciendo caso a los mayores ;)
Jejejeje está muy bien el prólogo, y el libro, hasta la 180 que es por la que voy, está muy interesante. Menuda coincidencia! Pero agradezco al comentarista de abajo tuyo su influencia para leer este libro.
Hay cosas que ya están desfasadas, superadas, hay que hacer un planteamiento superior a lo que veía Ortega, creo que hemos superado todo eso. Lo curioso es que en esa época ya hablaba del anti-algo y actualmente eso sigue existiendo.
Saludos!!
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