La comunidad necesita una cohesión en base a unas normas, el nacionalismo. Y defenderlo. El idioma vasco era la diferencia que distinguía a los que sabían, que se consideraban superiores, de los que no, los que no eran vascos. Pero esto no arrancó en el XIX, sino muchos siglos atrás, cuando las medievales Juntas de Guipúzcoa y Vizcaya pidieron la hidalguía universal, concedida por la Corona de Castilla. Pertenecer a esa nobleza universal es controlada a través de la limpieza de sangre: la diferencia no es sólo estamental, es ya biológica. No deja de ser curioso que los descendientes de los criollos vascos en América, la actual oligarquía, sigue manteniendo esa psicosis de limpieza de sangre.
Sabino Arana parte de este aspecto de limpieza de sangre e hidalguía universal con una nueva justificación: el pueblo vasco es el pueblo elegido por Dios porque respeta con mayor fidelidad la religión cristiana, lo que hace del pueblo vasco un pueblo superior por derecho divino. A ello se junta el elemento xenófobo, el racismo, en auge en la Europa del XIX. Lo que es extraño es extranjero, no es vasco, es inferior. El castellano es la hez del “pueblo maketo”, es inconcebible la existencia de matrimonios mixtos porque acaba con la limpieza de sangre y la diferencia biológica. El español es el pueblo degenerado, el estereotipo del chulo de navaja, cobarde y blasfemo. El baile suelto es puro y limpio, el baile vasco; el baile agarrado es un baile español, obsceno e inmoral, un vicio que hombre y mujer bailen agarrados.
Arana juega con la manipulación de la historia: el fuero vasco es un elemento que diferencia las provincias vascas del resto del país, y construye el mito de que el fuero ha existido desde el principio de los tiempos. Uno de los mayores enfrentamientos con el Estado vino con la supeditación del fuero a la constitución. El español ha traído el liberalismo, ha supeditado el fuero a la constitución y todo ello supone la descristianización del pueblo vasco.
Así, el nacionalismo vasco se construye de modo etnicista, radicalmente distinto al nacionalismo cultural catalán. El nacionalismo vasco impone una visión bipolar: los buenos, los vascos, contra los malos, los españoles.
La existencia del franquismo choca con el planteamiento de Arana. Y es que en la guerra civil los vascos luchan contra vascos; requetés carlistas contra milicias nacionalistas. Pero es que el requeté carlista es un movimiento de masas en Navarra y Álava, enfrentado a las más nacionalistas Guipúzcoa y Vizcaya. Ambos movimientos partían del mismo elemento constructivo, las mismas nociones de lo vasco y de la comunidad tradicional vasca.
Se reformula el planteamiento. La dictadura franquista había producido una ocupación militar, una destrucción de las instituciones históricas y una desvasquización de la sociedad. Los carlistas son recuperados como origen del nacionalismo, como antepasados de la lucha contra el ocupante. ETA, en su fundación, no parte ya de argumentos etnicistas, sino como un movimiento de liberación nacional y el idioma, elemento central para conseguir la independencia del pueblo oprimido, un derecho natural. ETA justifica cualquier medio, como la violencia, porque hay que valerse de la fuerza de las armas para luchar contra un régimen que también emplea la fuerza de las armas para sostenerse.
Parece una constante de la política española confundir terrorismo con nacionalismo. La dictadura actuó de forma miope ante ETA porque extendió de forma indiscriminada la represión a todo el nacionalismo vasco, lo que produjo una simpatía popular a la organización.
Por último, hay que hacer una distinción en el análisis: la resistencia armada a la dictadura es resistencia a la opresión, aunque ésta era general en todo el país, no sólo para Euskadi; la violencia en el momento de la Transición y la democracia es terrorismo. ¿Acaso no podemos ejercer la violencia contra la tiranía? ¿Se puede tratar a ETA de la misma forma en los años 60 que en los años 80?
(Las dos entradas de "Nacionalismo vasco y la legitimación de la violencia" se han realizado a través de apuntes de Historia de la UAM)
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